miércoles, 3 de octubre de 2007

Incomunicando


―Eso ya te lo he dicho antes ―me espetó.

“Se creerá que escucho todas las gilipolleces que suelta por la boca”, me dije.

―Pues no, salir de un hotel a las cuatro de la tarde empapado en sudor no es tan extraño, sobre todo en pleno agosto ―agregué con ironía―. Además, lo que haga yo o deje de hacer por La Laguna es mi problema... ni que estuviéramos casados.

―Yo no lo veo tan normal, sobre todo cuando me dices que no me verás por la tarde porque tienes que ir a ver a tu vieja al norte. Y, qué casualidad, medio minuto después que tú sale esa de la que siempre dices que “sólo hay una vieja amistad” ―me respondió.

Me sentí agotado, física y mentalmente. Una tarde perdida entre buscar aparcamiento, sacar dinero, hacer cola en el hotel y pelearme por la mejor habitación para darle una sorpresa en su puto cumpleaños... Y encima tenía que aguantar esta mierda. A ver quién le explicaba que Sonia trabajaba en la recepción los viernes por la tarde y me haría mejor precio para el fin de semana. “Que se joda, por desconfiada”, pensé.

―Fui al hotel porque me apetecía verlo por dentro, y ella no sé qué hacía allí. No voy preguntándole a la gente por qué va a cada sitio. Además, es la segunda vez que te pregunto que qué coño hacías allí tú ¿Me persigues todos los días o sólo ocasionalmente?

―Ya te lo he dicho. Que te follen ―gritó―. Que te follen bien follado.

―Sí, espero que alguien me joda bien alguna vez.

―No creo, con esa polla de palichoc nunca vas a disfrutar de un buen polvo.

―Fuera de mi vida, maldita zorra.

―Cerdo ―chilló llorando―.

Y desapareció para siempre.

―¿Y tú qué coño hacías en el hotel a esa hora?; ¿no tenías que ir al dentista? ―repuso enfadado.

―Eso ya te lo he dicho antes ―le espeté.

“Este cerdo me la juega y luego me somete a un interrogatorio”, pensé. No iba a decirle cómo me había enterado de lo de su zorrita particular en el Aguere. Jugaría con ventaja, sabiéndolo todo y poniéndolo contra las cuerdas.

―Pues no, salir de un hotel a las cuatro de la tarde empapado en sudor no es tan extraño, sobre todo en pleno agosto ―agregué con ironía―. Además, lo que haga yo o deje de hacer por La Laguna es mi problema... ni que estuviéramos casados ―agregó.

―Yo no lo veo tan normal, sobre todo cuando me dices que no me verás por la tarde porque tienes que ir a ver a tu vieja al norte. Y, quá casualidad, medio minuto después que tú sale esa de la que siempre dices que “sólo hay una vieja amistad” ―añadí con sorna.

No sólo se la follaba, sino que además le pagaba. Ventajas que tiene curiosear en el móvil de tu novio... El día antes le había visto un sms de Sonia que decía: “Vente al Hotel Aguere esta tarde. Te haré un precio excepcional. Intentaré conseguir la suite”. Y ahora estaba a la defensiva ante lo evidente.

―Fui al hotel porque me apetecía verlo por dentro, y ella no sé qué hacía allí. No voy preguntándole a la gente por qué va a cada sitio. Además, es la segunda vez que te pregunto que qué coño hacías allí tú ¿Me persigues todos los días o sólo ocasionalmente?

―Ya te lo he dicho. Que te follen ―grité―. Que te follen bien follado.

―Sí, espero que alguien me joda bien alguna vez

―No creo, con esa polla de palichoc nunca vas a disfrutar de un buen polvo ―respondí.

―Fuera de mi vida, maldita zorra.

―Cerdo ―grité gimiendo―.

Y desaparecí para siempre.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Este post demuestra:

a) Siempre hay más de una versión de lo sucedido.
b) Las sorpresas pueden tornarse tragedia.
c) Palichoc es el insulto más hiriente para un hombre.
d)Si, demasiada convivencia

(nos vemos en la libertad compañero)

Álber dijo...

Pejooe: Sobre todo, comparto tu visión del palichoc. Tomen nota, resentidas, brujas y demás especímenes del otro sexo... les doy buena munición.

Anónimo dijo...

Ya....pero... ¿qué es un palichoc?.....¿Se come? (eh¡ Respeto¡)
Laurita

Anónimo dijo...

Si es comestible , igual, no es tan mal insulto, no? Alimenta y ... no sólo de pan vive el hombre, o eso dicen. (Aig¡¡ jajajaj, me parto¡¡¡¡)

Álber dijo...

Laurita: Ya te he explicado lo que es un palichoc, pero lo escribiré para los demás. Es una golosina de Tirma, del grosor de un palillo chino y la mitad de largo, maomeno. Recubierto de chocolate. Yo creo que sí es un mal insulto.

Anónimo dijo...

Jijijijijiji¡¡¡ Pues tenías razón, ....jiji..si que es un insulto, sí.
Laurita :-)

Anónimo dijo...

No es un insulto, es una delicatessen, como todo lo que contiene Theobroma Cacao. Mon Dieu!